Esta antología ha sido recopilada por el equipo redactor de la Revista Malabia, que ocupa un lugar destacado en el bosque de revistas que circulan por internet. La antología recoge textos en verso y prosa, poesía y narrativa, cosa poco frecuente en las antologías hechas y publicadas en España, donde cada género suele ocupar un compartimento estanco.Uruguay presume de ser uno de los países de América Latina con más escritores por kilómetro cuadrado, y de poseer uno de los sistemas escolares más prestigiosos del subcontinente americano. Como escritores de prestigio internacional basta con mencionar a Juan Carlos Onetti, Juana de Ibarbourou, Delmira Agustini o Idea Vilariño. Es un país marcado a fuego por la política, que ha llevado a muchos creadores a vivir en el exilio, aunque sin perder nunca la conexión con sus orígenes. Precisamente en esta antología que comentamos hoy se recogen obras de escritores de dentro y fuera del país, porque forman siempre un conjunto unitario y porque no hay ruptura entre los que se quedaron y los que tuvieron que exiliarse por motivos políticos o económicos.

AL OTRO LADO DEL BOSQUE

(Epílogo de Los árboles sin bosque)

Jorge Rodríguez Padrón                  

Escribo desde Madrid. Pero puedo estar en Barcelona –en cualquier época del año– y puedo encontrarme con Federico y con Héctor: lo hacemos a menudo en el patio mediterráneo del Ateneo, en la atmósfera cargada y ruidosa de Laie o, tal vez, en algún café medio solitario en los altos de Gracia. Hablamos. Y la conversación se extiende hasta bien caída la tarde, bochornosa de verano o fría, que cala los huesos, en los amenes de diciembre. Derivamos por mil afluentes, pero volvemos –una y otra vez– a nuestras incertidumbres ante los tiempos que nos ha tocado vivir: tiempo político, pero no de ideologías e intereses partidarios, tiempo sin ideas, que impone la mentira de lo conveniente. ¿Cómo detenernos en eso y en la estrategia de leguleyos que quiere darle amparo, justificar lo injustificable? Subrayo tiempo político porque pienso en la relación verdadera entre el individuo y el espacio público en donde halla y reconoce (se reconoce también) a esos otros que son sus iguales pero, a la vez, sus diferentes. Ahí está en juego, ahora más que nunca (en juego y en riesgo), la libertad de la palabra. No la libertad de expresión, que ha terminado en un mero slogan tan correcto como vacío de sentido. ¿Nos redimirá, Héctor; se podrá, Federico, con la sola convicción de la conciencia? ¿Dónde la verdad, qué espacio le queda a la palabra poética (tampoco hablo de poesía) que podría redimirnos? Se desencadenan entonces los vientos de resistencia.

Diálogo con Héctor Rosales


Jesús Martínez Fernández

¿Cuál es la motivación que os ha inspirado para dar a conocer esta muestra?

La iniciativa parte de la Revista Malabia, una publicación virtual editada desde Barcelona, Montevideo y La Plata, que está por cumplir 50 números y aquí, en este libro, agrega una nueva vía de salida, la impresa.
El primer proyecto fue lanzar en formato libro una muestra de autores uruguayos contemporáneos, en activo, con trayectoria literaria, buena parte de los cuales no son conocidos en España.
El proyecto se planteó a Ediciones Carena, cuyo equipo participó en la elaboración del volumen y en la coedición y distribución del mismo.
La principal motivación ha sido publicar autores con voces propias, que seguramente hallarán lectores interesados dentro y fuera de España.

¿Cómo ha sido tu participación en tal proyecto?
Me invitaron a presentarles libros de autores compatriotas, algunos con textos que seleccioné directamente y tuvieron aceptación. Pero en general presté una buena cantidad de ejemplares de mi biblioteca para que fueran considerados por los responsables. Aparte, me pidieron textos míos e ideas gráficas para la salida impresa de Malabia, ya que se inauguraba una colección (Libros de Malabia) y había que lanzarla con una estética particular.
Terminé diseñando la cubierta y otros gráficos afines, dándole el título al libro y comunicándome con más de la mitad de los autores finalmente convocados.







Federico Nogara / Prólogo


El importante movimiento cultural uruguayo de la primera mitad del siglo XX ha causado estupor y sorpresa en el mundo, sobre todoteniendo en cuenta las dimensiones del país, uno de los más pequeños de América Latina,y su escasa población (apenas llegó a superar los tres millones de habitantes). Una de las explicaciones de ese casi milagro podría estar en su historia contada por los historiadores revisionistas de los años sesenta, que encajaría perfectamente dentro de la obra de algún escritor del realismo mágico. Encontramos en ella enviados ingleses expertos en desestabilización, fuerzas extranjeras de diversos orígenes, una oligarquía reaccionaria, criollos ambiciosos, caudillos locales sin demasiados escrúpulos,religiosos retrógrados, losimperialismos, y por encima de todoun problema de identidad: ¿Es Uruguay un país inventado, es cierto lo del Estado tapón?¿Artigas era en realidad uruguayo o se le endilgó la nacionalidad por intereses políticos?¿Los uruguayos son latinoamericanos o europeos nacidos fuera del continente?Con este panorama ya tenemos el caldo de cultivo para la ficción.Y todavía falta el aliciente de la masiva inmigración europea y,a principios de los sesenta, el impulso de la Revolución Cubana.
La cultura uruguaya, con su multitud de acontecimientos y su mezcla de gente de diferentes lugares, tenía que ser inexorablemente política y universal. También fue vanguardista.
Tres escritores destacan en el siglo XIX y principios de XX:Bartolomé Hidalgo, un guerrero de las luchas por la independencia, que inaugura la literatura gauchesca; Eduardo Acevedo Díaz─otro hombre de acción─, quien nos cuenta las vicisitudes de su patria por escapar al poder español, argentino y portugués para caer víctima de sus propias guerras civiles; y Juan Zorrilla de San Martín con su Leyenda patria y Tabaré, dos libros emblemáticos (es importante destacar que Zorrilla era diplomático y representaba a Uruguay en España).


 

 
ATALAYA ORIENTAL  / Muestra de Literatura Uruguaya

A comienzos de 2018 se publicó en España El faro de arena, una muestra de literatura uruguaya contemporánea a cargo del escritor Federico Nogara. Fue editada por Casa de Uruguay en Barcelona, una asociación sin fines de lucro fundada en 1978 y abocada desde entonces a la difusión de la cultura de nuestro país. La publicación cuenta con un antecedente: Los árboles sin bosque (2010), que bajo la curaduría del escritor Héctor Rosales recogía textos de importantes exponentes del parnaso oriental; en aquella ocasión el gran acierto estuvo en reunir a autores de la talla de Amanda Berenguer o Circe Maia con otros de menor visibilidad (aunque no por eso menos importantes), como Enrique Bacci o Roberto Genta.
Con El faro de arena el lector español terminará de conformarse un panorama más o menos fiel de lo que viene pasando en la literatura uruguaya de las últimas décadas.
Quince son los escritores elegidos para formar parte de esta muestra: Hugo Achugar, Guillermo Álvarez Castro, Claudia Amengual, Jorge Arbeleche, Horacio Cavallo, Verónica D’Auria, Sabela de Tezanos, Gustavo Espinosa, Mercedes Estramil, Sylvia Lago, Claudia Magliano, Ricardo Pallares, Marisa Silva, Ida Vitale y Gustavo Wojciechowski. Y los géneros representados son cuento y poesía, tanto en modalidad édita como inédita.